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“Esta tierra es aquella tan bienhallada, gloriosa y fidelísima nación de Cataluña, que por el pasado era temida por las tierras y los mares; aquella que con su fiel y valiente espada ha dilatado el imperio y señoría de la casa de Aragón; aquella conquistadora de las islas Baleares y de los reinos de Mallorca y Valencia, echados los enemigos de la fe cristiana; aquella Cataluña que ha conquistado aquellas grandes islas de Italia, Sicilia y Cerdeña, que los romanos en sus batallas contra los cartagineses tanto tardaron en conquistar y en las que depositaron el porvenir de la gran y mayor parte de su estado; aquella que aquella vetustísima y famosísima Atenas, donde son nacidas toda la elegancia, elocuencia y doctrina de los griegos, y aquella Neopatria, ha convertido a su lengua catalana; aquella que diversos reinos vecinos, de Francia y España, ha roto, ahuyentado y perseguido y puesto en total exterminio; aquella Cataluña que bajo el rey Pedro, entonces reinante, se defendió contra todos los príncipes del mundo, moros y cristianos, los cuales le fueron todos enemigos. Por los cuales y otros singulares méritos, que superfluo sería contar, aquel buen rey Martín, en la Corte de Barcelona, coronó dicha nación y le apropió, por sus singulares fidelidades, aquel dicho del Psalmista: “Gloriosa dicta sunt de te, Cathalonia”.

Esta tierra, señor muy excelente, se ve ahora completamente arruinada y perdida por la ausencia de su glorioso príncipe y señor, el señor rey. Ve que se ha perdido en ella toda riqueza, honor y jurisdicción eclesiástica; los barones y ricos caballeros están perdidos; las universidades, adulterando su bien público, están divididas; los rocines de los caballeros se han tornado mulas; las viudas y los huérfanos lloran y no encuentran quien les dé consuelo; los piratas y corsarios dentro de sus puertos roban y por sus mares yerran. De tales cosas sufre la nación catalana, casi viuda, y llora su desolación junto al profeta Jeremías, a esperas de alguien que la consuele”.

-          Discurso de inauguración de las Cortes Catalanas de 1454 de Joan Margarit i Pau, obispo de Girona



Durante los últimos años, he estado inmerso en la construcción y pintado de dos ejércitos enteros para la Guerra Civil Catalana, un conflicto relativamente desconocido, acontecido durante la segunda mitad del siglo XV, y generalmente ignorado por el público general. Yo, una persona catalana de Catalunya, poco o nada sabía al respecto más allá de ser consciente de que, a finales del medievo, en Catalunya habían habido "problemas", una forma interesante de describir una guerra civil de diez años que había sumido una antaño orgullosa nación en un período de decadencia de 200 años, dando forma, en el proceso, a la historia de España.

Pero basta de hablar de nuestro sistema educativo.

Este blog es un intento por mi parte de arrojar algo de luz sobre esta pequeña pero importante parte de la historia europea, con un final agridulce, sin claros ganadores, que resume bien el título, "Payne pour Joie", lema de Pedro de Portugal, "rey de los catalanes".

¡Bienvenidos!




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