Tuesday 1 September 2020

Joan Ramón Folch III de Cardona





Joan Ramón Folch III de Cardona, conde de Prades, encarnaba todos los valores típicamente asociados a su linaje. Político notable, personaje carismático y astuto diplomático, fue desde el principio la máxima personalidad del bando realista y una pieza esencial del arsenal de Juan II de Aragón. Su nombre va asociado a todas las grandes acciones favorables al rey, de cuyo lado nunca se apartó. Fueron precisamente esas tendencias y su rivalidad con el conde de Pallars los que le apartaron de la revuelta de 1461, a la que se sumaron prácticamente todas las fuerzas vivas de Cataluña. 

Su labor diplomática en los turbulentos meses que siguieron el levantamiento y la desastrosa (para el rey Juan) Capitulación de Vilafranca), fue decisiva para conseguir apoyos en un Principado que parecía oponerse de forma unánime a la figura de Juan Sin Fe. La posición del conde de Prades como líder indiscutible de un clan familiar que incluía a buena parte de la alta nobleza le permitió atraer a las otras grandes casas al bando del rey, como ocurrió con los vizcondes de Cabrera, Illa y Èvol, así como el gobernador del Rosellón. Con la notable excepción de Hug Roger de Pallars, sobrino suyo, llamado a convertirse en su capitán general del bando rebelde.

No tendría mucho sentido seguirle el rastro a lo largo de toda la guerra, puesto que la historia de Joan de Cardona es la historia de la propia Guerra Civil. Baste decir que permaneció al lado del rey, convertido en su más fiel consejero y capitán general de sus ejércitos. Un rol, este último, que más tenía que ver con garantizar lealtades y organizar la guerra que con la lucha propiamente dicha. Sus servicios fueron recompensados en 1467 con el matrimonio de su hijo con la hermana de la reina Juana, uniendo aún más a los Cardona con la casa real. 

Tras la contienda, sus dotes diplomáticas harían de él el principal agente del rey de Aragón en Francia y Borgoña, y en una figura frecuente de la corte, primero de la de Juan II y, más tarde, de la de Fernando el Católico. Murió en 1486 durante la invasión del condado de Pallars, tras una vida entregada a la causa de la monarquía. Su hijo sería elevado a Duque de Cardona y Marqués de Pallars un año después. 

He utilizado la miniatura del duque de Buckingham de Perry Miniatures para representar al conde de Prades. Tanto la pose como la ropa y la armadura oculta tras esta pegan con las características propias del personaje histórico. Me gusta además su aspecto arrogante y confiado, aunque esto ya es más interpretación mía. 

Uno de los caballeros que le acompañan lleva un sobreveste con las armas de los Barberà, una familia de origen occitano y cátaro aliada y emparentada con los Cardona, cuya presencia en Cataluña se remonta a tiempos de Jaime I. El estandarte partido representa las armas de los Cardona y las de la Casa de Prades, ya prácticamente extinta en 1462.



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